Por caminos separados
«La vida nos ha llevado por caminos diferentes».
No.
En absoluto.
No hay camino. Más bien, esto sería como una vía de tren. Y sobre esa vía va un tren.
Tú vas en ese tren; destino: tu felicidad.
Y yo no voy en ese tren. Yo me he quedado en la estación, con el billete en la mano y las maletas hechas. Me he quedado en la estación, ahí tirado, compuesto y sin tren. Y no por llegar tarde. No. Llegué y tú no te creíste que viajaría contigo.
Te enseñé las maletas. Y no te lo creíste.
Te enseñé mi billete. Y no te lo creíste.
Puse un pie en el vagón. Y no te lo creíste.
Arrancó el tren, me empujaste fuera y pensaste «¿Ves como hacía bien en no creerte?».
Y yo, en el andén, pensando que debo de ser muy idiota por haber querido subirme donde no era bienvenido. Tan perplejo que ni alcanzo a llorar.
Billete roto que cae al suelo.
Maletas llenas de algo que ya no quiero llevar conmigo.
El siguiente paso será un salto hacia las vías. O el primer paso de muchos más en la dirección contraria.h