La distancia más larga
La distancia más corta será la línea recta. Por el contrario, la más larga es la que hay entre tú y yo ahora que te tengo a mi lado.
Larga como la sed de mil días. Larga como las hebras de piel seca de mis labios sin tus besos. Larga como este silencio mío que ocupa lo mucho que he venido a decirte. Porque he venido vaciarme. A volcarme. Y no sé si en vez de eso me estoy yendo más lleno.
La distancia que nos separa solo sería más larga si se llamara muerte. Y, sin embargo, habrá de serlo porque estando a tu lado tan lejos también se seca y cae en hebras mi corazón herido de tu sed. Porque tu piel esta ahí, tu pelo se mueve ante mis ojos, alcanzo tu sonrisa, la noche nos rodea y la cama está vacía de ti y hasta de tu olor. Está vacia hasta de esperanza.
He hecho lo que prometi que haría; lo contrario de lo que quería: he recorrido la distancia más larga y tú ni lo has notado.