No es el día
En tu piel hay dibujos que todavía no conozco. En ti hay misterios que aún no sé que existen. En tu mirada hay una luz que guía mis labios por todo tu cuerpo.
Sabes a salitre, secada al sol después de jugar con el mar celoso por no poder hacerte sirena. Sabes a fruta dulce y jugosa entre tus labios. Sabes a ti y a mí en tu boca.
Eres acción y calma. Jadeo y silencio. Mar y montaña. Agua y viento.
Y también, hoy, eres silencio. Tal vez deba ir «con mi nave a las estrellas, me dijeron que tu vives casi pegadito a ellas». Tal vez deba ir sin miedo. O tal vez deba irme sin ruido.
No me muevo. Me quedo en la música que me has descubierto, quieto y a la espera o del sueño o de tu regreso.