Carta a una ex

Se acaba el año y te escribo. Ya sabes cómo soy, escribo y mezclo realidad y literatura. Pero sé que sabrás ver que todo es sincero y podrás encontrar lo que te digo a ti y solo a ti. Al fin y al cabo, me conoces. Sabes que hablo de ti.

Hemos compartido mucho. Que el tiempo juntos no haya sido toda mi vida me entristece, es lo que soñaba y no ha podido ser, pero me deja una marca, una lección y un mar de recuerdos.

Tu marca en mí, mi alma, mi pecho y lo que soy me conforma y moldea. Soy otro porque te he conocido. Soy otro porque te he querido. Soy otro porque existes y has compartido conmigo tanto.

La lección aprendida estará presente en mis actos del futuro. Sigo aprendiendo, sí, qué decir y cómo; especialmente aprendo también qué no callar. Volcarme en escucharte no debe hacerme pensar que debo guardar para otro momento el decirte lo que siento. Recordar lo que me cuentas (anécdotas, recuerdos, emociones, problemas…) tiene sentido solo si yo te doy algo que recordar. Aunque a veces resulte que lo poco que te he dicho no forma parte de tu manera de verme y nos entendemos menos por ello.

Volveré a ese mar a bañarme de recuerdos de abrazos, paseos, besos, charlas, lágrimas y sexo apasionado por toda la casa, con tus braguitas en el pasillo y nuestros jadeos hasta en la cocina.

Eres ex porque no estamos juntos, pero eres ES porque ya cada día hay algo de ti conmigo. Algo falló y no moriré a tu lado, pero sé que algo de ti estará cuando llegue ese momento.

Termina el año y hago balance. Positivo el resultado a pesar de que las lágrimas por perderte hayan empañado una parte. Miro esta noche de cambio de año como una puerta, una puerta a un tiempo sin ti pero contigo, con el deseo de saber que eres feliz, que cumples tus sueños y la idea, tal vez absurda, de que también tú llevas ya algo de mí. Algo más que el pintalabios con el que me besabas y ahora besarás a otro, única sombra que aún queda por disiparse.

Te quise. Te he querido. Te quiero. Que entiendas esto y puedas perdonarme por no ser como esperabas. Que perdones aquellos silencios que no notaste. Que perdones mi falta de fuerzas para apoyarte en algún momento. Que sepas que lo intenté, como ahora intento dejarte marchar y no quererte igual, sin dejar de quererte pero que deje de doler. No importa cuando empezamos a estar juntos ni el tiempo pasado desde que rompimos; fuiste parte de mi vida y aquí te tengo, agradecido de guardarte un poco bajo mi piel y en cada latido.

Te escribo para despedir el año, para desearte que el próximo sea tu año, para decirte que no te olvido y para dejar escrito algo que me evite ser borrado por el olvido. Te escribo para darte las gracias, para pedirte perdón, para sonreír recordando tu sonrisa entre mis brazos y sábanas, para llorar recordando que recuerdo pero no tengo.

Feliz vida, mi vida.

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.