El desayuno es la comida más importante del día
Sábado. La cocina huele a pan tostado. Y a zumo naranja. Salimos a la terraza y nos sentamos a la mesa, con aguacates, pulpa de tomate, el salero, aceite… Hoy no hay huevos revueltos, pero si la fruta habitual.
El sol nos da un beso de buenos días, sonriendo porque ya casi se acaba la mañana en realidad y sabe el motivo de nuestra pereza.
Charlamos, comemos pan con tomate, tostada de aguacate, unos cereales. Cogemos fuerzas y no sabemos si es para recuperar fuerzas gastadas antes o para coger fuerzas y hacer de nuevo el amor.
Tu voz. Tu mirada. Tu sonrisa. Tus besos. Aquí, en tu terraza, en tu vida, este desayuno es la comida más importante de mi vida.