Tu dolor
Hoy la muerte me ha visitado. Y la he reconocido a pesar de todo. No venía de negro, con túnica y guadaña.
Hoy he visto a la muerte en tus lágrimas, en la expresión rota de tu rostro, detrás de tus ojos tan tristes. La he visto como nunca imaginé.
Y tuve tanto miedo… Apenas he podido cogerte la mano y mirar. Desear que pronto pase todo, que puedas volver a sonreír recordando los momentos que pasaste con él; sin la punzada de la angustia de haberlo perdido.
Llorabas y el corazón se me partía con cada una de las gotas de plata que salían de tus ojos. Y me apretaba contra ti para no derrumbarme, sin poder hacer nada más que estar ahí a tu lado, callado, viendo como la muerte de tu ser querido te estaba queriendo matar.
Pensé muchas palabras y cosas que decir. Fallidos intentos de consuelo que conseguí ahogar antes de que salieran de mi boca. Contuve mi pena, alejé mi dolor y posé mis labios en los tuyos. Tus ojos se abrieron enrojecidos, pero entre los regueros de lágrimas de tu cara esbozaste una sonrisa y supe que mi calor te había llegado.
He visto la muerte en tu desconsuelo y desesperanza, y he tenido miedo. Pero estaré contigo.