En deuda contigo

Te debo un beso dulce.
Te debo un te quiero bajo la luna en la playa.
Te debo un abrazo matutino.
Te debo un arrebato de pasión y lujuria bañado de amor.
Te debo un instante de silencio y miradas que todo lo dicen.
Te debo una vida entera amándote.
Te debo morirme de amor, porque aún sigo vivo para deberte más cosas.

Ninguna de mis palabras

Ninguna de mis palabras hace que sonrías. Ninguno de los sonidos que pueda emitir mi boca hará que cambie tu mirada. Soy del pasado… y nada parece poder cambiar eso. Desde luego, no mis palabras.

Aire

Quiero sentir el aire otra vez. Ser capaz de vivir el día a día y salir a la calla dispuesto a sentir lo que la vida es.

Quiero, pero no puedo. No todavía. Dueles demasiado.

¿Dónde estaban?

¿Dónde estaban escondidos estos miedos? Porque sé que no han nacido esta noche: me conocen demasiado.
No los enumero porque no quiero tenerlos todos presentes a la vez, pero siento su tenaza apretándome en este persistente dolor de cabeza.
Son miedos a los que busco un origen, en la perplejidad de encontrarme de pronto tan sumido en ellos.
Ojalá tenga fuerzas para dejarlos atrás. Ojalá…

Letras

Escribo como desahogo. Después de acostar al crío y en lugar de mirar la televisión. Lo que veo es una pantalla y, a su lado, la cama esperándome fría, seca y vacía, tan vacía.
Escribo para no pensar en los momentos en que te tuve, mirándome desde esa misma cama, esperando pero sin esperarme para empezar (sabes bien de lo que hablo)… escribo, o intento escribir, porque de momento sólo consigo pensar en voz alta y teclear lo que me digo a mi mismo… una pena.

Y la cama, ahí, sin tu olor ni el calor de tu sueño, sin tu abrazo y el frío de tus pies. Ahí… demasiado cerca para mí, tan cerca como lejos estarás tú, tan vacía como el universo… y sin embargo, a pesar de escribir para no pensar escribo llenando las sábanas de emociones, recuerdos y sueños contigo.

Esta noche será larga

Besos, bajo las sábanas. Besos, sobre tus párpados. Caricias en la oscuridad, roces en la intimidad… tú, toda tú para mí en esta habitación que ahora es un universo en expansión.

Corazones latiendo, fuerzas, calor, tiempo que se extiende a nuestro alrededor porque ya no cabe entre nosotros.

Tú, toda tú para mi en este instante, el sumun del deseo, un Big Bang en mi cerebro.
Toda para mi… en este sueño.

Ojalá

Ojalá pudiera odiarte por todo… pero te recuerdo y sólo puedo sonreír, a pesar de todo. Y veo a nuestro hijo, esencia de los dos que me mira y aprende con todo lo que le rodea. Y me lo cuenta de tal manera que parece que hasta el aire se le acaba.
Es una maravilla y no dejaré de darte las gracias por ello.

Si pudiera odiarte podría olvidarte antes. Pero no puedo. Y tampoco quiero olvidarte. Desde aquí, a la nada o donde estés, GRACIAS.

¿Para qué?

¿Para qué me callo si con la cara lo digo todo? ¿Para qué te evito si te pienso constantemente? ¿Para qué trato de olvidarte si ya sé que todo intento es vano?
¿Para qué vivo… si sin ti ya he muerto?

El cuento de esta noche

Hoy ha soplado el viento toda la tarde y aún aullaba al acostarnos así que el niño me ha pedido un cuento. Después de pensar un poco, empecé a hablar y la historia surgió sola. Me gustó, por eso la recuerdo bien y vengo a […]

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¿En el pasado o en otro lugar?

Yo quisiera volver a encontrar la pureza
nostalgia de tanta inocencia que tan poco tiempo duró.
Cuando la pena cae sobre mí
quiero encontrar aquello que fuí.
Miro hacia atrás y busco entre mis recuerdos.
Vuelvo hacia atrás y busco entre mis recuerdos.