Duermes para soñar
¿Qué haces? Llegas tarde y has estado caminando solo, mirando farolas o la luna mientras amanecía demasiado pronto para tu gusto. En tu piel no has sentido la brisa que el mar te lanzaba contra la cara desde la orilla.
¿Para qué caminabas si no ibas a ningún lado? ¿Que traes en tu cabeza ahora? Tus pasos serpentean, pero sabemos que no hay alcohol ya en tu cuerpo. No es eso lo que te intoxica las venas.
Te acuestas, te duermes para soñar y que al despertar los labios te sepan a beso.
Con los ojos en negro y las lágrimas resbalando hacia tu corazón pulmones adentro, te vas ahogando y lo sabes.
Y al despertar, tal vez los labios te sepan a beso. Pero tú no estarás ahí para saberlo.