Pensar en no pensar

Constantemente estoy pensando en dejar de pensar, en detener esas imágenes que vienen a mi mente, detener los recuerdos, los sueños… Y ahora por fin, puede dejar de luchar con ellos: no vienen, porque te tengo.
Duermes a mi lado, apoyada en mi pecho. Mientras acariciaba tu pelo y tu cara, he notado como cerrabas los ojos sonriendo. Luego tu respiración dejó de ser acompasada y también hubo esos pequeños movimientos espontáneos que todos tenemos al estar quedándonos dormidos. Tu mano se movía a veces, otras era tu pierna la se contraía… y resultabas divertida y terriblemente tierna durmiéndote entre mis brazos.


No importa si yo te hablaba antes de que cayeras rendida al sueño, o si te dije algo mientras dormías. Esas palabras, si las dije, eran innecesarias puesto que tú ya sabías lo que cada una de las palabras que salían de mis labios estaban diciendo; tú ya sabes lo que guardo dentro de mí, lo que tengo para ti y lo que te doy y daré siempre, mientras duermas a mi lado y al despertar me mires con esos ojos tiernos y dulces y esa sonrisa cariñosa que hasta me acaricia el corazón.

Quiero tener tu cara de recién levantada, tus momentos de enfado y tus instantes de ternura. Quiero tenerte arreglada y maquillada, con ropa preciosa… y quiero verte preciosa con la ropa que escondes y reservas para estar cómoda en casa.

Quiero ver una película una tarde de domingo y también una tarde lluviosa de martes. Igual que quiero organizar una gran fiesta y beber y bailar contigo y nuestros amigos toda la noche.

Quiero echar de menos la vida que tenía antes de conocerte y quiero sentir que en realidad mi vida es realmente MI vida desde que decidí vivirla contigo a mi lado.

Te miro mientras, hoy, otro día, duermes. Esta vez no es la playa con la hoguera al fondo, ni el parque en la noche estrellada… esta vez duermes sobre mi pecho, en nuestra cama y sonrío pensando en que no sé si te conocí hace un mes o toda una vida y sólo las arrugas que siento por mi piel me recuerdan que es lo segundo. Una nueva lágrima, condensada de felicidad, cae por mi pómulo.
Gracias.

1 Comment

  1. Maria de los Dolores 9 diciembre, 2009 at 10:26 pm

    Vaya, me resulta muy próximo lo que dices, por lo vivido sin vivirlo ya y por necesitar vivir eso de nuevo, por ya haberlo vivido.

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