Consumirnos

El oxígeno que nos da la vida es también lo que nos la quita ¿lo sabías? Nos oxidamos y nos vamos descomponiendo, como esa pieza de hierro que se desmiga ya en el jardín tras tantos años.

El oxígeno es vida también para el fuego; se alimenta de él, como nosotros.

Y aquí estamos, tú y yo y así quiero acabar: que el oxígeno me dé la vida necesaria para consumirme contigo abrazados en la llama que nos dé calor hasta ser cenizas, pero cenizas que yacerán juntas bajo el árbol plantado por nuestros hijos.

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