El día que…

El día que no te besé estuviste sonriendo todo el tiempo, hablando relajada, enredando con mi pelo de vez en cuando y tenías una mirada que no alcanzaba a comprender.

Hoy, el día que no te tengo, comprendo todo lo que tus ojos me estaban diciendo y sólo me queda llorar y desear que el tiempo se pare y hasta se retuerza por darme otra oportunidad en aquel momento, por mirarte y comprender que las palabras ya sobraban, que las manos estaban diciendo todo y que, tu mirada, tus párpados, el gesto de tus labios y el color de tus mejillas sólo querían que me callara y abrazara mi boca con la tuya.

Quedan, ahora, el miedo, mi odio a mi mismo y la mirada vidriosa frente al espejo de un borracho arrepentido que sabe que perdió su oportunidad y aún no se atreve a dar el paso para olvidar y morir… o vivir sin ti, que es igual.