Descubriéndote

En tu boca hallé mi ansiado silencio. Un instante perfumado por la cercana piel de tu cuello y templado por el calor de tus labios rojos.
Abrir los ojos al ruido de la vida y contemplar que toda ella se muestras en tus ojos para mi, de una manera absoluta e inefable que me hace descubrir que no se nada. No nada sino que quiero más de ti, contigo, por ti.