Espuma

Espuma… ¿o es humo? pero floto… me da igual sobre qué, simplemente me basta con no cargar con el peso de mi cuerpo ni el de mis culpas.
No aplaudas, no acabó el espectáculo. Calma. La historia sigue.
Las manos cortan el aire y los pies rasgan el agua. La luz brota y lo ligero estalla espeso, ocuro y pegajoso.
¡Sí! ¡Sí, era sangre!
Pero no tiembles… tranquila… no era sangre propia, era la sangre del mundo destrozado y él la bebía con ansia.
Y por eso no puedes salir con ese chico, ¿vale mi amor?